Geffen es fruto del odio y la curiosidad. Su historia comienza con Geffenia, la colonia de los elfos de Alfheim, uno de los nueve mundos sostenidos por el árbol de la vida, Yggdrasil. Esa colonia no tiene un comienzo preciso, se sabe que ya existían cuando los humanos todavía estaban aprendiendo a vivir en sociedad. Pero la relación de amistad no duró para siempre. Hasta ahora, todavía no se sabe que fue lo que causo tal odio entre Geffenia y Glast Heim, ni cuando comenzó, pero el hecho es que se produjo, y supuso graves consecuencias para ambos bandos: una guerra que marcaría a Rune Midgard para siempre.
Las estrategias fulminantes de Glast Heim, no fueron suficientes para hacer que el pueblo élfico se rindiera. Las represalias fueron de la misma intensidad. Y cada vez mas el odio se fue enraizando. La tecnología de Glast Heim evolucionaba cada vez mas, era mas rápida aunque menos poderosa que la magia. Armas mas eficaces, capaces de matar elfos rápidamente, Mejoras en la ciudad, puesto que los ciudadanos deberían ser mas saludables para hacer de ellos mejores soldados. Y así la guerra se prolongó durante siglos, hasta que, llevados por el odio, ambos bandos cometieron su mayor error.
Magias prohibidas fueron lanzadas, Demonios fueron convocados y pactos firmados, todo con el fin de su destrucción mutua, usaban maldiciones que mutilaban e incapacitaban, revivían a los muertos para una lucha sin fin, hasta que toda esa corrupción alcanzó un nivel tan extremo que en ambos lugares, la barrera entre el mundo de las tinieblas y Midgard se hizo tenue, y los demonios comenzaron a masacrar tanto a humanos como elfos.
La nobleza de Rune Midgard, junto con el resto de supervivientes, se mudaron a Prontera. Todo el conocimiento acumulado durante siglos fue completamente abandonado. Geffenia y Glast Heim se convirtieron en lugares inhabitables, pero ni siquiera eso fue capaz de limitar a la mayor bendición otorgada al ser humano: la curiosidad.
Las magias de Geffenia eran impresionantes. Eran capaces de hacer cualquier cosa con unas pocas palabras, y ese conocimiento había sido registrado. Y como los elfos vivían en el subterráneo, los magos crearon una torre, encima de la antigua capital élfica, y comenzaron a estudiar exhaustivamente los conocimientos que les llegaban de las excursiones de aventureros, que la propia academia financiaba. Y los demonios notaron la presencia de nuevas víctimas en la superficie.
Se produjeron nuevas batallas contra los demonios, hasta que se creó un sello mágico, encerrando a los monstruos en Geffenia, y dejando encerrados a los que se quedaron entre ambas barreras. Y así la ciudad pudo continuar creciendo entorno a la academia.
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