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Ya no jugábamos como antes, era algo que solía repetir en esa época, las obligaciones que nos trajo el crecer, día a día fue mermando nuestra posibilidad de entretenernos, ya no podíamos hacer lo que solíamos hacer, o por lo menos no con la misma intensidad. Atrás quedaron los días de maratones frente al PC, desvelos y sana competencia entre amigos de países injustamente distantes. Aun así, acá estamos, tal cuales alquimistas, fabricando tiempo de la nada, pues técnicamente el tiempo es oro y no hay mayor hazaña para un alquimista que crear oro de aparentemente, nada.

Siempre he sido el Sacerdote del grupo, bajo una mezcla de decisión personal y obligación circunstancial, sin importar cuál sea la razón de mayor peso, es innegable que me siento como pez en el agua. Mi grupo necesita de mí y yo estoy feliz de estar allí para apoyarlos. Esa noche había podido desafiar al destino, pude quedarme hasta muy tarde, invirtiendo mí tiempo en este mundo de fantasía, es interesante como algo tan banal puede hacerte sentir tan en serio, tan satisfecho, así simplemente me sentía.

Hoy después de planearlo mucho pudimos finalizar la Torre sin Fin, la cual llevando la contraria a su nombre, si tenía final, 100 pisos después, bueno, 102, si contamos los dos Jefes exclusivos de la torre. Lo de hoy es una gran victoria, no solo por lograrlo, si no por el hecho de lo difícil que se había vuelto esto, Pete El Caballero de la Runa estaba sumido en las obligaciones diarias que su vida conllevaba, Candy El Arlequín culminaba sus estudios universitarios, Tenchu El Guardián Real lo ahogaba su trabajo, Meaw La Dulce Feral y yo, Valknut El Sumo Sacerdote desvariábamos entre responsabilidades, compromisos y unas ganas de mandar todo a la mierda.

Finalizando la Torre sin Fin (¿Irónico no?) volvíamos al mundo real, poníamos los pies en la tierra una vez más, era el fatídico momento de guardar las espadas, las habilidades y las pociones; para tomar el transporte, los reportes y las frustraciones del la vida diaria, pero esta noche sería diferente, lo que vi por casualidad es noche, sería el inicio de algo más grande y sorprendente, esa noche, aun sin saberlo, la realidad comenzaría mezclarse con la fantasia y solo nuestra propia humanidad y sentido común, sería lo que nos permitiría hacer lo correcto o hacer lo que queremos.

Aun recuerdo el titular de las noticias, aunque es evidente que esa noche no tenía idea de lo que significaba, sin duda, me pareció interesante y llamo enormemente mi atención:
“Mueren dos guardias de Seguridad envenenados. Las cámaras captaron imágenes que dejaron perplejas a las autoridades que investigan el crimen, las imágenes mostraron a 2 personas, una de ellas parece haber usado algún tipo de arma que creaba Pilares de Fuego. La otra persona no pudo ser captada con claridad, fue necesario usar análisis de alta velocidad de fotogramas, pues el delincuente aparentemente se desplazaba a una velocidad pocas veces registradas. Como dato curioso, los guardias de seguridad fueron envenenados y presentaban muchas laceraciones lo cual podría indicar que se uso algún tipo de arma blanca»