En la antigüedad, Glast Heim era un reino vivo y floreciente que expandía sus fronteras más allá de Prontera y el desierto. En aquel entonces, tenía buenas relaciones diplomáticas con Geffenia, el reino de los Elfos (una raza más antigua que los humanos). Pero el ambicioso Rey de Glast Heim quería hacerse con el corazón de Ymir; un tesoro custodiado por los Elfos y el secreto de su magia. Intentó persuadirlos por miles de métodos para que se lo entregaran, pero al no recibir la respuesta que quería, el Rey le declaró la guerra a los Elfos.
Esta guerra cobró cientos de vidas en ambos bandos, pero los Elfos siempre parecían tener la ventaja. Sin embargo, con el paso del tiempo, los humanos fueron perfeccionando sus habilidades mágicas, hasta que finalmente fueron capaces de robar el corazón de Ymir y ocultarlo en el castillo de Glast Heim. Pero la guerra no terminó ahí, pues los Elfos querían recuperarlo a toda costa. Así que la batalla se extendió por largos años, cobrando más y más vidas.
Hasta el día en que una Necromancer (Nigromante) de nombre Lisa Kahn Himmelmez, obsesionada con el poder, se aprovechó de la guerra para infiltrarse en el castillo de los humanos. Logró llegar hasta el corazón de Ymir y lo utilizó para invocar fuerzas oscuras. Pero al hacerlo, también abrió las puertas para que Dark Lord (Señor de la Muerte) llegara a este mundo, trayendo consigo un manto de caos y destrucción que devastó el reino por completo… Ese fue el fin de Glast Heim.
Los humanos sobrevivientes de esta masacre escaparon a Prontera. Los elfos sobrevivientes se asentaron en la ciudad de Geffen y le enseñaron los secretos de su magia a los humanos. Así fue como nació la clase Mage (Mago).
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